Los Cardenales de San Luis rindieron honor esta noche a su ex segunda base, el dominicano Julián Javier, a quien exaltaron al Salón de la Fama, de su organización.
Fue un acto muy colorido donde se presentó el número 25 que utilizó Julián Javier, en su época de intermedista con los Pájaros Rojos, y que luego usó también Mike McGwire, quien estuvo presente en la ceremonia.
Al Inmortal de los Cardenales de San Luis, lo acompañaron su hijo Stanley y el empresario Andrés Van Der Horst, nativo de San Francisco de Macorís.
Al presenciar el acto, su hijo Andresito, sintiéndose orgulloso de la elección de su padre para acompañar a Julián, a tan significativo acto, escribió lo siguiente:
¿Que es sentirse realizado, exitoso, pleno, feliz?
Quizás son conceptos muy subjetivos para estandarizarlo o medirlos. Es siempre relativo. Muchos nos realizamos con el nacimiento de un hijo, con una casa para nuestra familia, con un trabajo y otros con llegar a ser elegidos mandatarios de sus países.
Sin embargo, en las cosas más sencillas e inesperadas encontramos ese momento glorioso.
Hoy mi padre, a sus 79 años casi cumplidos no dudo que haya encontrado el momento donde siente una gran felicidad y satisfecho con su vida.
Desde que tengo uso de razón el ha sido un amante del béisbol el cual ha sido parte de toda su vida profesional. Sin embargo nunca he dejado de oír que su ídolo siempre fue Julián Javier. El mejor pelotero que ha nacido en San Francisco de Macorís. Por eso el es hoy aguilucho. Por Julián el es apasionado. Hoy el fue el único invitado especial de Julián, a parte de su familia, a la exaltación que le hiciera al Salón de la Fama de los Cardenales de San Luis donde fue su segunda base estelar por décadas.
Me siento orgulloso de ese logro. Llegar a ese reconocimiento por parte de quien fuera su héroe en su niñez y adolescencia no por otra cosa que por ser un amigo leal, constante, agradecido, respetuoso y un hombre de bien.
Todo eso y tan solo eso es lo que hace a un hombre sentirse realizado y exitoso. Lo demás es un engaño de nuestro ego …
Te amo papi.
HECTOR GARCIA
